En la Vigila de Pascua bautizamos a 18
personas entre adultos, jóvenes y varios bebés. Se celebro
también una boda y una Primera comunión de un joven.
La comunidad hizo una gran preparación
para tal acontecimiento. Llegado el sábado a las 21 horas,
estaba todo preparado para celebrar la Vigilia Pascual.
La luz de la ciudad hacía sus muecas, dejándonos preocupados.
Un cuarto de hora antes de empezar la corriente hizo su
aparición y nos acompañó durante toda la celebración.
Me atrevería a decira que fiesta fue grande
tanto para la parroquia como para el pueblo de Tera. Un
gran acontecimiento se estaba celebrando en medio de un
ambiente musulmán. Asistió mucha gente; familiares venidos
de Dolbel, de Niamey y de otros lugares. Se podían ver presentes
algunas personas de otras iglesias protestantes e incluso
algún musulmán amigo de los bautizados. La celebración fue
larga, pero todo pasó bien gracias a Dios. Una gran
fiesta llena de alegría se avecinaba. Así fue.
El cordero pascual no faltó junto
a un buen plato de arroz, macarrones o cuscús y un
poco de bebida para animar la fiesta. Todo estaba bien organizado.
Fue una gozada ver a todos los recién bautizados vestidos
de blanco significando la belleza del sacramento, simbolizando
la Luz de Cristo resucitado.
Agotados, poco a poco dejamos la capilla
y nos fuimos a descansar. Al día siguiente en la Misa de
Resurrección a las 9 de la mañana, con ojeras, brillaba
en los rostros de los bautizados la emoción y alegría de
acercarse por segunda vez a recibir el Cuerpo de Cristo.
Una gran fiesta se vivió en la Parroquia de St. Laurent
de Tera. Es un año de gracia que nos regala el Señor.
Ahora a todos nos toca compartir esta
gran alegría con nuestro hacer de cada día. No tengamos
miedo, el Resucitado está con nosotros, nos acompaña en
todo momento, Él es nuestra fortaleza.
Joaquín Pardo . SMA
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